Todo líder tiene como objetivo que su equipo o personas a cargo den el mejor resultado posible para los objetivos de la organización adaptándose a cualquier situación que se pueda presentar. El liderazgo situacional es una herramienta ideada sobre ese concepto donde el líder debe cambiar su forma de dirigir cada colaborador (o equipo) según las condiciones que presentan respecto a una tarea o situación.
EL objetivo es sacar el mayor provecho de cada colaborador entendiendo la capacidad que tiene cada uno para actuar en cada momento.
En otras palabras:
al líder se le paga por obtener resultados
para obtener dichos resultados debe hacer que su equipo de lo mejor de si
y para ello la mejor forma es entender en que situación están frente a la tarea que deben realizar para saber cómo abordarlos
cada colaborador (o equipo) tiene muchas tareas y con cada una, de manera independiente, presenta diferentes expertice sobre las mismas.
El modelo de Hersey-Blanchard se enfoca en que cada colaborador tiene un grado de madurez o conocimiento de la tarea (o situación) que realiza y que no sería el mismo si repentinamente lo ponen a hacer otra tarea. Ellos suponen que cada persona o equipo son diferentes entre sí y para que den los mejores resultados hay que adaptar la forma de interactuar con ellos según el nivel de experticia que tienen.
Ejemplo: un experto informático que hacia todo solo puede volverse un novato al cual hay que ayudarlo continuamente si lo ponen de carpintero, a menos que conozca del tema y pudiéndolo hacer solo, sintiendo plena confianza para no necesitar dirección alguna.
Estos 2 autores definen cuatro niveles de madurez:
Nivel de madurez M1 (Recién Inicia): No sabe o No entiende - Miembro no capacitado para realizar la tarea y/o inseguro.
Nivel de madurez M2 (Aprendiendo): Sabe un poco o está muy inseguro - Miembro a medio capacitar pero con predisposición y confianza
Nivel de madurez M3 (Experimentado): Sabe pero está inseguro - Capacitado para llevar a cabo la tarea pero inseguro o no predispuesto
Nivel de madurez M4 (Independiente): Sabe y está seguro de hacerlo por si solo - Capacitado, predispuesto y con confianza
Por supuesto, esto no significa que el líder deba dar más trabajo a las mismas personas (M3 o M4) porque le inspiran más confianza, sino que debe tomar decisiones que le ayuden a mejorar los objetivos de la empresa siendo más flexible y adaptando sus habilidades y tiempo a las necesidades de cada tipo de colaborador con el objetivo de que éste mejore con el paso del tiempo y contribuya a la mayor eficacia del equipo o empresa.
Cuando el colaborador o equipo llega al nivel M4 la tarea del líder se reduce y se convierte solo en delegar y verificar resultados.
Para continuar, tenemos que partir de la base que existen dos estilos directivos, uno más de empático, de apoyo o colaborador y otro más técnico o directivo.
· Comportamiento directivo: Enfocado plenamente en la tarea. El líder define las funciones y actividades; indica como llevarlas a cabo y controla el resultado.
· Comportamiento de apoyo: Enfocado en la persona. El líder fomenta la participación y la toma de decisiones, aporta valor y colabora con el equipo.
Las 6 Etapas del modelo de Hersey-Blanchard
Identificar funciones y actividades que hay o son necesarias para desarrollar el trabajo adecuadamente con la mayor eficacia y rendimiento.
Establecer los conocimientos y habilidades que se requieren para cada tarea.
Valorar el nivel de competencia de cada colaborador del grupo tanto en conocimientos como en habilidades. Incluir la experiencia o el “saber aplicar”.
Valorar el nivel de motivación y confianza de cada colaborador del grupo.
Conocer cuál es el desarrollo o madurez de cada colaborador de grupo de acuerdo a su puesto.
¿Sería viable algún cambio en el/los puesto/s en favor de sus habilidades?
Seleccionar y llevar a cabo el estilo de liderazgo adecuado para cada colaborador.
Los 4 tipos de liderazgo a aplicar
Para M1: El líder Ordena (E1), instruye, guía… Da instrucciones específicas y supervisión continua.
Para M2: El líder Persuade (E2), explica, clarifica, convence... Explica sus decisiones como jefe de proyecto, intentando proveer la información necesaria para que el equipo acepte sus ideas.
Para M3: El líder Participa (E3), colabora, comparte ideas, facilita la toma de decisiones.
Para M4: El líder Delega (E4), observa, monitoriza pero sin intervenir apenas en la ejecución de la tarea. Baja presencia del líder, las decisiones son tomadas por miembros del equipo.
Ventajas del liderazgo situacional
La empresa consigue mejores resultados, evoluciona
Hay una mayor interacción líder-equipo
El líder se adapta a las circunstancias de cada colaborador en cada uno de sus estados evolutivos
El líder es flexible y se adapta
El líder es versátil y sabe cómo actuar en cada momento
Es fácil de entender e implementar
Al empezar, el líder podría empezar con un estilo de liderazgo de control para poco a poco ir aumentando el apoyo mientras se reduce la dirección cuando el equipo se ha consolidado. Los equipos de trabajo pasan por diferentes fases de desarrollo y el líder ha de ser capaz de adaptarse a sus colaboradores en cada uno de esos momentos. En este tipo de liderazgo, el papel de líder no debe ser estático porque ni la empresa ni sus integrantes lo son.
Razones para apostar por el liderazgo situacional
El liderazgo situacional es uno de los modelos de gestión de equipos más flexible que existen y, por esa razón, tiene muchos seguidores en el mundo actual. Para tener un punto de vista más amplio basta con repasar sus principales señas de identidad:
Adaptabilidad al 100 %. Ejercer el liderazgo situacional es una de las alternativas más sencillas de anticiparse, sobrellevar imprevistos y gestionar el cambio. El líder situacional moldea su comportamiento y nivel de apoyo según las circunstancias. Y en las organizaciones del siglo XXI, la flexibilidad es un rasgo altamente deseable y valorado en los líderes.
Personalización racional y emocional. Se ajusta al momento profesional de cada empleado y del equipo, con conductas más directivas o de asesoramiento, a la medida de cada situación. Todo ello se traduce en una mayor organización y eficacia empresarial.
Motivación y superación. Aplicado de forma adecuada, el liderazgo situacional es capaz de crear un ambiente laboral de confianza, respeto y autogestión. Todos -empresa, colaboradores y líder- se benefician de sus resultados.
Espero que la información os resulte útil y podáis aplicarla o al menos recapacitar sobre el grado de madurez de las personas con las que trabajáis día a día en relación a las tareas que deben acometer y ver la posibilidad de aplicar un estilo de liderazgo u otro dependiendo de este análisis previo.
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